La Guardia Negra fue un cuerpo militar fundamental para los propósitos del emir almorávide Tasufin Ben Yusuf de conquistar primero todo el Magreb y posteriormente
desembarcar en Algeciras (1.086) para, en pocos años, hacerse con el control de media península ibérica. Dicho ejército estaba formado por esclavos venidos del Sudán y toda la zona del Shael
senegalo-nigeriano, en su mayoría de raza negra. Estos soldados, aunque en realidad se tratase esclavos, eran capaces de recorrer leguas y leguas sin más alimento que una pasta hecha con la leche
de camella. Se caracterizaban militarmente por rehuir el combate individual y cargar en masa, lo cual hacía que fueran cuerpos invencibles; y más, si a esto le sumamos su arrojo, valor y
salvajismo. Estos contingentes estaban formados por lanceros sudaneses y flecheros de otras tribus aliadas. Normalmente solían ir protegidos por escudos de piel de buey de llamativos colores y
durante la contienda utilizaban ritos tribales tales como cánticos, danzas y sonidos de percusión producidos por sus característicos tambores hechos con piel de hipopótamo, los cuales hacían
sonar desde lo alto de las colinas para de esta forma desconcertar al enemigo y cargar contra ellos. También solían maquillar sus rostros con colores llamativos de manera que lograban aterrarizar
al adversario. Las ordenes eran transmitidas por Yusuf mediante banderas o tambores. A la muerte de Tasufin (1.106) el reino queda en manos de su hijo Alí. Éste mantuvo el ejército formado por su
padre, con el que, por fin, consiguió la conquista de Valencia (Batalla de Uclés, 1.108).
Los Almorávides (dinastía a la que pertenecían los Ben Yusuf) eran una tribu berebere del Atlas sudsahariano que ya a mediados del siglo XI ocupaba todo el occidente de
África. Al verse amenazados los reinos musulmanes peninsulares (ya divididos en taifas) ante la ofensiva cristiana encabeza por el monarca castellano-leonés Alfonso VI, pidieron ayuda al sultán
africano Taxufin Ben Yusuf. Dicha ayuda se cursó a propuesta del rey moro de Sevilla Al-Mutamid. Yusuf aceptó la petición de sus colegas ibéricos y realizó tres expediciones a la península en
auxilio de aquel reino de taifas, en el transcurso de las cuales venció en Zalaca (1,086) a las tropas de Alfonso VI, aunque al mismo tiempo eso le sirvió para percatarse de la desunión entre
aquellos reyes y de su debilidad militar. Fue tras la tercera expedición cuando Taxufin se rebela contra los taifas; depone al gobernador de la taifa de Granada sustituyéndolo por su primo Ben
Abu Beker y se proclama Emir peninsular, comenzando de esta forma el período Almorávide en nuestra península (1.093-1.148).